La historia y la popularidad del Señor de los Temblores nace
en los primeros relatos de Efraín Morote Best, de su procedencia el cual salvo
de las tormentas a los navegantes que traían a dichos Cristos para la
evangelización de los naturales. Recibe otras advocaciones como Cristo de la
buena muerte, cristo rey y hoy Patrón jurado de la Ciudad del Cusco.
Desde el
siglo XV - XVI -XVII XX el área andina acontecía continuos movimientos
telúricos de diferentes grados y magnitudes sacudiendo todo el Sur y estos
hechos eran registrados en la primera imprenta madrileña de Diego Carrera que
se fundó en 1648. Siendo el primer terremoto destructivo el de 1650 y
actualmente dentro de la catedral del Cusco se aprecia el cuadro de artista
anónimo que mando hacer pintar el caballero Alonso de Monroy y se aprecia el
panorama de la ciudad colonial y la procesión del Cristo. “En 1690 la ciudad
de Lima padeció de un fuerte temblor y arruino la iglesia metropolitana y
mandan por escrito un documento dirigido al obispo del Cusco Don Manuel
Mollinedo y Angulo pidiendo la cuarta parte de sus limosnas para restaurar la
catedral, puesto que al tiempo, cuando se trató de fabricar esta santa iglesia
catedral del Cusco se concedió por su majestad para esta obra 10 mil pesos
señalados en el tomín de fábrica y que esa cantidad había subido a una porción
de 6 u 8 pesos los cuales en más de 40 años no se habían podido cobrar y como
les urge la necesidad para la restauración solicitaron dicha petición. 1” ocurrió otro terremoto el año de 1950
de grave intensidad destruyo muchos monumentos como iglesias y casonas y otra
vez la gente se refugió en carpas deportivas y por petición de los creyentes
sacaron la imagen en la puerta principal de la catedral. Para el siglo XX del
año1986 soporto otro terrible movimiento el cual muchos fueron atendidos en el
jardín del hospital regional así mismo el apoyo del ex presidente Alan García y
países extranjeros como Uruguay, Italia, solidarizándose con los cusqueños.
En ese sentido se tiene, para los siguientes años de 1722, 1723
1724-1726 registran una disminución paulatina de partidas matrimoniales debido
a la caída de la población como efecto de la peste de 1720 como indica Juan
Pérez de Bocanegra arrasó con la población del Cusco epidemia general que
devastó a la población desde el mes de marzo hasta el mes de noviembre y
mayoría de enfermos eran atendidos en el popular Hospital de los Naturales
lugar donde solo se atendía la raza aborigen fundada por Fr. Antonio San Miguel
i Solier, religioso Franciscano, entroncado con una noble familia, así mismo
los barrancos de qoripata y Ayahuayco en Santa Ana sirvieron como lugares de
entierros de dichos cadàveres . Esquivel y Navia señala que “[…] de las
mujeres preñadas, fue rara la que escapó” (…) con relación a la merma de la
población se experimentó en esta ciudad una epidemia general de fiebre violenta
letal y voraz que no admitía remedio alguno […] pues siendo de tabardillo lo
específico del morbo, y una fiebre intensa […] A unos causaba frenesí, a otros
vómito de sangre, siempre mortíferos […]”2 Asimismo
se sabe que de la población, que lograba curarse de la fiebre intensa, moría de
disentería; es decir, de cólicos o infección. Por otra parte, el incremento de
registros de testamentos y documentos intestados en las notarías para esos
años, dan crédito a lo antes señalado que como veracidad se encuentran en los
censos de defunciones, bautizos y matrimonios de la época ubicados en los
archivos de la ciudad del Cusco.
1 Doc. encontrado en
el Archivo Arzobispal.
2 Diego de Esquivel y
Navia. Noticias Cronológicas de la Gran Ciudad del Cusco. T.I. Edición, prólogo
y notas de Félix Denegri Luna. Lima: Fundación Agusto N. Wiese, 1980
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BOLETÍN ARQUIDIOCESANO
Cusco - Julio 2020